Mohammad Haris, un indio de 20 años, fue a buscar trabajo fuera de su pueblo, pero
Se empezó a investigar, y se encontró un cuerpo putrefacto en un río, rápidamente se aviso a los padres para que fueran a identificar el cadáver, estos dieron una identificación positiva porque reconocieron una cicatriz en la pierna izquierda del cuerpo.
Hasta aquí todo “normal”, lo curioso viene cuando tras haber realizado el entierro, un familiar hablo con el padre y le dijo que el muchacho estaba en su casa.
La cara de los vecinos fue un poema al ver al joven andando a casa, aún no se sabe de quién era el cuerpo que se enterró.
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