Muchas veces nos quedamos mirando a esos gatitos tan monos con su hociquito, sus patitas, sus bigotitos...
Pero lo curioso, es que si le quitas los bigotes a un gato, éste no puede caminar bien y por lo tanto pierde el equilibrio y se cae...
Así que gracias a esos bigotitos tan finos y tan, aparentemente, insignificantes los gatos mantienen el equilibrio.
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